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6. Falacia "ad verecundiam" (apelación a la autoridad)

a. Historias sobre la falacia ad verecundiam (apelación a la autoridad)

  • La condena de Galileo Galilei

Escultura con la cara de Galileo

Galileo Galilei es una de las figuras más relevantes de todos los tiempos, destacando por sus trabajos en astronomía, matemáticas, física y filosofía. Es uno de los padres de la revolución científica del Renacimiento, que culminará en el siglo XVII con la física de Newton. Inventó el telescopio, lo que le llevó a hacer importantes observaciones astronómicas. Es famoso el juicio al que se somete a Galileo por parte de la Iglesia cuando apoyó las ideas de Copérnico de que la Tierra era la que giraba alrededor del Sol, y no a la inversa, como se defendía desde Aristóteles. Fueron las autoridades eclesiásticas las que condenaron las ideas de Galileo. Aunque tiempo después ha quedado claro que estas autoridades estaban equivocadas... y era Galileo quien tenía razón.

  • El fraude en las revistas científicas

Portada de una revistaA veces puede pensarse que si una revista académica dice algo, ese algo es verdad porque la revista científica es una autoridad de prestigio. Aunque no siempre es así.

Un caso muy llamativo fue el protagonizado por el físico Alan Sokal en 1996, quien hizo un experimento enviando un artículo fraudulento a la revista académica Social Text, especializada en el campo de las humanidades. Su objetivo era denunciar el alto número de artículos fraudulentos publicados en revistas especializadas.

El artículo mantenía una tesis disparatada envuelta en numerosas palabras sin sentido, aunque con apariencia de ser expresiones correctas. La tesis que sostenía era que la gravedad cuántica era una construcción social. Lo cual significa que la gravedad, como fenómeno físico, solo existe porque la sociedad la ha inventado. En otras palabras, la gravedad no afectaría a los objetos si la sociedad no creyese en ella.

El artículo fue aceptado por la revista y se publicó... aunque el prestigio de la revista no puede hacer que el contenido del artículo sea verdadero.

También se suele pensar que si un científico es considerado una autoridad en un tema, lo que dice es verdad. Aunque no siempre es así. El investigador surcoreano Hwang Woo-suk y su equipo publicaron en 2004 un artículo en la revista Science en el que aseguraban haber logrado por primera vez la clonación de embriones humanos. Sin embargo, un año después se demostró que el trabajo de Woo-suk se basó en datos falsificados. El científico fue condenado a dos años de cárcel por un tribunal de Seúl, ya que se le acusó de malversación de fondos estatales y violación de leyes bioéticas. El prestigio del científico no convirtió en verdad el contenido del artículo... sino que lo que se cuestionó fue el propio prestigio del científico.

  • Kelvin y los rayos X

Radiografía de una mano donde se observan los huevos de la misma

No siempre los grandes científicos mantienen opiniones que son verdaderas. También ellos pueden cometer grandes errores. Es el caso de Kelvin, relevante físico que destacó por sus estudios sobre termodinámica y el establecimiento del cero absoluto como temperatura mínima existente. Cuando el físico Röntgen descubrió los rayos X, publicó un artículo sobre el tema. Al leer el artículo de la prensa, antes de que se publicara en revistas científicas, Kelvin dijo que los rayos X eran un engaño. Sin embargo, tuvo que rectificar su afirmación. Röntgen fue el primer físico que recibió el premio Nobel, en 1901. Así pues, la verdad no depende del prestigio de quien la dice, aunque sea una autoridad en dicho campo. Más bien, la verdad depende de las pruebas que puedan ser aportadas.

 

b. Definición de la falacia ad verecundiam (apelación a la autoridad)

Etimología: la palabra verecundiam viene del latín (respeto, modestia, vergüenza). El verbo vereor significa respetar, reverenciar, venerar.

Dibujo gracioso de un búho señalando una pizarra como un maestroCon este argumento se defiende una idea sin aportar razones, apelando simplemente a la autoridad de un experto (científico, artista, personaje relevante, etc.) que había sostenido también esa misma idea. Por ello, esta falacia también se ha conocido con la expresión “magíster dixit” (como dijo el maestro…). Aunque este procedimiento es usado legítimamente en muchas situaciones (como, por ejemplo, en trabajos académicos, técnicos o científicos), deja de serlo cuando el experto no es competente en un campo determinado (por ejemplo, un físico no es necesariamente competente en asuntos políticos); cuando haya otros expertos que tengan opiniones distintas a las defendidas por dicho experto (en ese caso, no existe acuerdo entre ellos); o cuando el experto puede defender intereses personales para defender una opinión.

  • Ejemplo:

A: El premio Nobel de física ha dicho que su país debe gastar más dinero en armas para garantizar así la seguridad de los ciudadanos. Ahí tienes una opinión muy válida que apoya mi punto de vista.

(A se apoya en las ideas de un experto científico que ha recibido un premio Nobel, aunque eso no justifica una opinión que no es científica sino política)

  • Ejemplo:

A: El ministro de agricultura ha dicho que consumamos alimentos de nuestro país porque tienen más calidad.

(A se apoya en la autoridad política del ministro, pero éste puede tener interés patriótico en defenderlos, y no aporta otros argumentos que justifiquen su postura)

Medicina contra la falacia ad verecundiam (apelación a la autoridad): Apoyarse en una autoridad (científica o de otro tipo) para defender una opinión suele hacerse habitualmente. Ahora bien, a veces esto no es adecuado. En ese caso, indica que la persona citada no es un experto en ese campo, o que su opinión ha sido criticada por otros expertos en el mismo campo. También puedes señalar que su opinión es precipitada o no está bien fundada. O que puede tener intereses de algún tipo (por ejemplo, que aunque es un científico defiende una ideología política, etc.)

Ilustración de un manuscrito árabe medieval donde un maestro enseña a su discípulo

c. Frases para seguir reflexionando… sobre el respeto a los sabios y especialistas:

Una conversación con un hombre sabio vale más que diez años de estudio en libros.Henry Longfellow Wadsworth
La última voz audible antes de la explosión del mundo será la de un experto que diga: eso es técnicamente imposible.Peter Alexander Ustinov
Un especialista es una persona que cada vez sabe más sobre menos, hasta que termina sabiéndolo todo sobre nada... y nada sobre todo.Danny Kaye
Dijo un sabio a una campesina: ¿Qué darías por saber lo que yo sé? Y le respondió esta: Daría más por saber lo que aún no sabes.Anónimo
Platón quería que gobernasen los filósofos; no pidamos tanto, reduzcamos al mínimum nuestro deseo, pidamos que al menos no nos gobiernen analfabetos..José Ortega y Gasset

 

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